El pasado entretejido con el presente

En la novela El Testigo de Juan Villoro entretejidas a lo largo de la narrativa hay referencias de varios géneros que dan forma a la novela y que en muchos casos unen el pasado con el presente. Incluidos en la larga lista de poetas, periodistas, ensayistas, películas, y obras literarias están el poeta nacional méxicano: Ramón López Velarde, con varias citas suyas; el periodista Guillermo Sheridan; el ensayista Roland Barthes; escenas o imágines de películas como El Samurai con Alain Delon; ensayos como El laberinto de la soledad y periódicos como El Excelsior, etc. La novela está repleta con estas referencias y realmente forman parte integral del tejido de la novela. Sin ellas no hay novela. El protagonista, Julio Valdivieso que vive y trabaja en Francia se decide volver a México, a su país natal, después de 24 años y allí tiene la oportunidad de formar parte del patronato de “La Casa del Poeta” y de la telenovela sobre la guerra cristera, Por el amor a Dios, entre otras muchas cosas que ocurren.

Dos ejémplos del uso de otros géneros en la novela incluyen la escena cuando Paola recuerda el momento de conocerle a Julio. Ella lo vió como un “huérfano con más deseos de ser adoptado que de ligar”. Ella comprendió la tristeza en sus ojos porque había leído El Laberinto de la soldedad, un ensayo por Octavio Paz, poeta/diplomático méxicano. El ensayo de Paz se trata de la identidad méxicana y del profundo sentido de soledad que existe en el pueblo méxicano. Aquí la mención de este ensayo le ubica al lector en medio de la cultura méxicana y le da punto de referencia para comprender la relación entre Paola y Julio ya desde un principio. El ensayo escrito hace más de cinquenta años le ayuda a Paola a comprenderle a Julio en el presente.

El otro ejémplo incluye cuando Julio se acuerda del amor de su juventud, Nieves.  Ella fue para él su todo. Julio piensa en la pelicula El Samurai, con Alain Delon, y experimenta de nuevo la tristeza y la pérdida de ese primer amor. “También esa película fue de amores fallidos. Aunque el protagonista fracasaba ante sí mismo, caía con la empática emoción del que ha sufrido para que lo vean. Nieves lloró en silencio y él quiso tener una gabardina” (Villoro, 50). La película es antigua pero el sentimiento del presente es el mismo.

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