“La gente se muere, deja irresponsablemente un fantasma de sí mismo por ahí, y luego siguen viviendo, original y fantasma, cada uno por su cuenta”, dice el Sr. Collyer a Gilberto. “Y cómo se puede saber quién es fantasma de quién?”
Los ingrávidos por Valeria Luiselli es una novela llena de desdoblamiento y multiplicidades en los personajes, los objetos, los espacios, los tiempos y los textos.
Los espacios de la novela son muchas veces espacios vacíos y repetidos. La narradora de la primera parte, que también aparece a lo largo de la novela, trabaja de editora en Nueva York (ciudad repetida) y vive en un espacio casi vacío (sin muebles: otro tema de la novela) que se llena de objetos robados: una silla, un escritorio, una maceta con un árbol muerto. Se encuentra muchas veces por el metro, un lugar a menudo vacío, donde tienen repetidas experiencias de ver a los fantasmas: el de Gilberto Owen, de Ezra Pound y la mujer morena. Ella frecuenta los cementerios, otros espacios vacíos, y muchas veces habla de su propia muerte, y la experiencia repetida de esa muerte, pero siempre de distintas maneras “la gente se muere muchas veces en una misma vida” comenta Owen luego en la novela.
La novela está también repleta de desdoblamientos de tiempos. “Cómo está eso de recordar el futuro?” le pregunta Owen a Homer… “Si te dedicas a escribir novelas, te dedicas a doblar el tiempo” dice otra vez el Sr. Collyer hablando con Owen.
“Nosotros nos movemos, despiertos, en un espacio efectivo, y amplio. Ellos en el tiempo. Nueva York es una teoría de ciudad construida sólo en función del tiempo, Manhattan es una hora, o un siglo, con la polilla de los subways barrenándola, comiéndosela segundo tras segundo” (122).
El tiempo cicla entre la vida de soltera en Nueva York, trabajando como editora, intercambiado con la vida familiar con el marido e hijos en casa: jugando al escondite, pisando dinosaurios o leyendo cuentos de delfines. Todo se rompe, primero en el trabajo por la mentira y luego en su matrimonio por la infidelidad. Pero luego todo cambia en la novela y al principio el lector no sabe con claridad ahora quien está narrando. Estas desdoblamientos le hacen a uno cuestionar si es el fantasma de Owen que ha regresado, o que si ya estamos oyendo a Owen mismo. A veces no se sabe si es el marido del principio o si ya estamos viendo un nuevo personaje. Nos damos cuenta de que es Owen quien ahora narra. Ya está al final de su vida, quedando ciego, pero parece que su vida se está borrando: ya no aparece en las fotos, una experiencia también repetida dos veces.
Las repeticiones de textos y de autores es otro tema principal de la novela: la novela que escribe la narradora (de fantasmas), el guión de su marido, la libreta privada del marido, las poesías de la narradora después del divorcio, y los muchos escritos de los famosos autores y poetas que se mencionan repetidas veces. Es como un hilo que va uniéndolo todo a lo largo de la novela.
Al final vemos la repetición del gato sin cola de Owen que también es visto por el mediano y después los tres gatos que se quedan sin cola. ¿Por si acaso se están desapareciendo también? Owen tumbado sobre la mesa en su casa a través de los mosquitos escucha la voz de un niño y de un bebé: los dos espacios se juntan. Ya el desdoblamiento se ha terminado.
Estoy de acuerdo con tu comentario que las repeticiones forman un “hilo que va uniéndolo todo a lo largo de la novela.”
Me interesa también esa idea del desdoblamiento (que sé es parte de la pregunta para esta semana), porque a mi, parece que los hilos de la novela se entrelazan, o se doblan, y no DESdoblan. Hay una metáfora en la novela, por ejemplo (no pude encontrarla otra vez!) que compara la trayectoria de la vida con la trayectoria de una bumerán… en esa trayectoria hay una doblamiento y un regreso al principio (aproximado, aunque el “principio” siempre será diferente al regreso, por que existe en otro tiempo y entonces en otro espacio ) por una ruta paralelo…