Noticias del diluvio

Eduardo Lalo

(Conferencia leída en el Departamento de Español y Portugués, UMD, 23 de septiembre de 2011.)

El acto de caminar es el movimiento inmemorial de la inquietud. Primero y durante miles de años pueblos nómadas, más tarde  peregrinos, naturalistas u hombres y mujeres de incierto oficio y pasado, recorrieron el espacio, impulsados por sus propios pies, dándole la espalda a la seguridad de muchas cosas, en busca de experiencias y conocimiento. En el camino había marcas (esa suerte de escritura anterior a la letra), que podían ser el rastro de animales u otros hombres, piedras en forma de montículos o levantadas como dólmenes o, también, las cenizas frías de los hogares en los que se encontraba ya la materia orgánica de la que saldría la tinta. La sucesión indefinida de pisadas del caminante antiguo anunciaba la línea vacilante de las posteriores palabras escritas en renglones; era ya, para el poseedor de los pies que se hundían en las huellas, una escritura del mundo en el mundo.

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(Siga leyendo el resto del texto en: Boca del cangrejo: manglaria.)