En comparación con la producción cultural de Cuba o Puerto Rico, la dominicana se conoce tan poco en los circuitos académicos que raya en la invisibilidad. Piénsese, por ejemplo, en el contexto de la academia norteamericana, donde se concentra la mayor parte de los departamentos de lengua española y culturas hispánicas del mundo. El examen de los currículos de esos departamentos en las principales universidades de Estados Unidos y Canadá revelará un porcentaje ínfimo dedicado al estudio de la producción dominicana. Asimismo, una rápida ojeada a las principales publicaciones académicas del hispanismo en los últimos diez años pone en evidencia la limitada salida de artículos en torno a textos dominicanos.

Continúa en  La Habana Elegante – Dossier.