Columna: Actos de barbarie columna

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Sobre Víctor García de la Concha pueden hojear El cura y los mandarines de Gregorio Morán, libro al que Planeta originalmente le censuró  páginas sobre este académico, por lo que el autor tuvo que encontrar otra editorial (Akal). La otra vez en que le censuraron un trabajo a Morán fue cuando afirmó avant la hucha que los Pujols and company eran corruptos. Morán,  a veces certero, también es excesivo y deslavazado otras, sin ratificar fuentes entre la  invención  y el desinterés.  De Campo francés  de Aub que le regalé no debió ni mirar la tapa de lo  que dice ser  “excurso sobre buena parte de lo escrito” (439).

De Felipe el [muy] preparado como lo apoda el acerbo acervo popular (también circula la variante con cuantitativo gradativo que alterna con mucho en boca del insigne lingüista descendiente de Covarrubias,  Marianus Rajayus), se puede esperar más o menos lo referido. Entre otras cosas que no sea capaz ni de corregir la nómina que leyó  sobre  exiliados españoles en Puerto Rico entre los que no figuraba Juan Ramón Jiménez y sí Ricardo Gullón que viajaba a la UPR pero jamás fue  desterrado. Le deberían haber  regalado un ejemplar de Isla de la simpatía (edición que realizó Arcadio Díaz Quiñones).

Lo de visitar EE. UU. es otra lindeza del ejecutivo Rajoy and boys and girls, a los  cuales les sale cualquier sarpullido al pensar en Catalunya. Su contribución a la historia de España será la de lograr finalmente que  los independentistas catalanes consigan lo que ni dibujaban en sus más recónditas utopías. Anoche vi por primera vez, en un gran ciclo sobre cine español que se programa en RTVE,  la   meritoria película a pesar de cierto esperable idealismo, Company, procès a Catalunya de Josep María Forns (1979). El ente televisivo  fue incapaz de difundir una  copia   original de esta película producida en catalán y optó por una doblada al español. Al ser fusilado con los pies descalzos para tocar la tierra de Catalunya, Companys, un hombre responsable  que prefirió buscar a un hijo minusválido que no le apreciaba,  en vez de ponerse a salvo de las garras franquistas, vichyistas y nazis,  grita: ¡Viva Cataluña! …

A la Casa Real española, cuya reciente  biografía  por lo menos logra promocionar la relectura de La corte de los milagros  de Valle-Inclán,  se le llena la boca de desterrados y viajeros  presentables del mundo de la cultura, hasta cuando inauguran y ocultan, sin sonrojarse, la historia del  monumento en honor de los primeros liberadores de París en half tracks con nombres como  D. Quijote, Teruel, Madrid, Guernica, Guadalajara que los franceses también borraron de la historia (Libération del 25 de agosto de 1944  y la cinematografía  – La libération de Paris (1944) luego re-editada en  Paris, brûle-t-il? de René Clément o la más reciente Diplomacy de Volker Schlôndorff -): los republicanos españoles de la  novena compañía de la Segunda División del Ejército del general  Philippe Lecrerc, monárquico, aristócrata y católico  que apreciaba más que a nadie a aquellos mayoritariamente anarquistas, comunistas y algún socialista y de izquierda republicana como Amado Granell. Eran   los más veteranos de sus tropas, correosos y eficaces combatientes del fascismo desde 1936,  con el objetivo de derrotar  al Hitler que les había desterrado por la no-intervención y correr a Pirineos para expulsar a su socio gallego y regresar al deseado terruño. Ya sabemos cómo acabó todo aquello … y cómo sigue parte del resto … A Itaca, sólo regresó Ulises y aun …

En fin, no nos pongamos estupendos, espero que amanezcan, por lo menos, con alguna  sonrisa  ya que la historia enseña pero no [suele tener] alumnos, que decía Gramsci.